lunes, 23 de noviembre de 2015

Fuga de cerebros

¿Cuánto le cuesta al estado la educación de sus jóvenes estudiantes y futuros trabajadores?

Veamos, una persona que haya estudiado en un colegio concertado le costaría al estado 54.000 € mientras que en un centro público el gasto ascendería de forma estimada a la friolera de 160.000 €. Rememoremos nuestra época estudiantil e imaginemos cuanto ha invertido el estado en nuestra formación más básica y la de nuestros compañeros de clase. En una clase de 25 personas de un centro concertado el coste superaría el 1.300.000 € y en un centro público rondaría los 4.000.000 de euros.
El estado subvenciona el 80% del coste de los estudios en universidades públicas lo que conlleva un importe que ronda los 40.000/60.000 € dependiendo de las distintas universidades y carreras.

Hablemos de los universitarios.

La realidad es que España se encuentra entre los países de Europa con más universitarios, una situación que se arrastra desde hace décadas. Un total que supera el 30% de la población entre 25 y 64 años frente al 27% de la Unión Europea.
No sólo gozamos de un gran índice de licenciados universitarios sino que nos encontramos ante la generación más y mejor preparada de la historia de nuestro país pero con muy pocas posibilidades frente al mercado laboral, muy formados pero con poca o ninguna experiencia laboral.

"Spain is different".

La cruda realidad golpea a nuestros jóvenes universitarios a la hora de incorporarse al mercado laboral. En esta época de crisis o como dicen los políticos en esta "época de crecimiento económico negativo"; trabajo y juventud son dos términos que no casan por más que lo deseemos.
En consecuencia se está produciendo una migración masiva de jóvenes que tratan de encontrar una situación de mayor dignidad laboral, en especial, en países de la Unión Europea y de Latinoamérica.
Nueve de cada diez jóvenes que emigran son universitarios que huyen al no sentirse respaldados social, política y económicamente por el estado. Esto implica de forma muy clara una pérdida económica y social, ya que el propio Estado y nosotros como contribuyentes hemos invertido en la formación de estos jóvenes, pero no solo eso, estamos perdiendo algo mucho más importante a mi entender, estamos perdiendo el futuro. Futuros médicos, ingenieros, músicos, etc.; es decir, todo tipo de personas altamente cualificadas que no sabemos si regresarán o no, y que consigo llevan algo que debería favorecer el contrato de los jóvenes no trabajadores, invertir en I+D en vez de recortar los presupuestos.
Es frustrante pensar en la gran inversión que todos los contribuyentes realizan de muy buena gana para ver que el fruto maduro después de tantos años, se lo come la señora Merkel.
¡Gracias señores políticos por este gran "MOJÓN" de dimensiones épicas!¡Gran trabajo para ustedes, que tienen!

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