Desde el inicio de la historia la mujer ha sido la encargada del cuidado de la casa y la familia. En la prehistoria el hombre era el encargado de cazar y la mujer de recolectar. En la Edad Media la mujer quedó relegada a madre y esposa debido a la presión de la Iglesia.
La burguesía trajo un panorama algo distinto que le daba a las mujeres pequeñas posibilidades de acercarse al trabajo como forma de ayudar en el sustento de su hogar. Pero no fue hasta 1918, con la Primera Guerra Mundial, cuando esto empezó a tomar un camino distinto. A causa de la guerra las mujeres empezaron a salir de sus casas con el consentimiento de sus esposos y padres. Los hombres debían ir a la guerra y alguien debía encargarse de las tareas que antes eran de los hombres. Esto se acentuó en 1942 en La Segunda Guerra Mundial.
Paralelo a todo esto se gestó un movimiento que tenía como objetivo la igualdad entre hombres y mujeres. Esto habla de la inconformidad que para las mujeres implicaba no poder escoger un trabajo, un esposo, una religión o una ideología. Este movimiento tuvo sus primeros pinos en el siglo XV. Sin embargo, el feminismo tal como lo conocemos hoy en día, apareció en 1880 en Francia y años después en Estados Unidos.
La Europa de la posguerra vio cómo las mujeres se resistían a abandonar sus trabajos para volver a encerrarse en el hogar o trabajar en el servicio doméstico.
En general, hasta la víspera de la Segunda Guerra Mundial (y hasta 1965 en Francia y años más tarde en España) la mujer debe solicitar el permiso del marido para ejercer una profesión. La esposa no puede presentarse a un examen, matricularse en una universidad, abrir una cuenta bancaria, solicitar un pasaporte o un permiso de conducir. Tampoco puede actuar ante la justicia.
Los nuevos tiempos suponen un cambio en la concepción del trabajo femenino. Las mujeres de clase media, acceden cada vez más a un trabajo más cualificado y mejor retribuido. El aumento fue tan importante que, a finales de los años sesenta, había en Europa occidental, más mujeres oficinistas que hombres. También fue mayoritaria la participación de la mujer en trabajos como el de enfermera, telefonista, comercio, limpieza, peluquerías, etcétera. Actualmente las mujeres copan las universidades y son fuertemente competitivas en todo tipo de trabajos, incluidos los técnicos. Pese a todo en el tercer Mundo continúan marginadas y esclavizadas.
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